- Entrevistas
- 10.07.2017
CRISIS LABORAL
Patricia Moyano: "A Zárate no llegó la revolución de la alegría"
La concejal de Nuevo Zárate y precandidata a diputada bonaerense por Unidad Ciudadana dialogó con NUEVA BA sobre los despidos en Atucha y sobre el impacto de las políticas económicas de Cambiemos en el distrito. La bicicleta financiera, el FMI y la "receta del 2001".
Por Mauro Castro
"En este desgobierno de Provincia y Nación, vamos para atrás como ciudad", alertó Patricia Moyano, concejal del bloque Nuevo Zárate, al analizar la situación de los 1150 trabajadores despedidos de la central nuclear Atucha que desde la semana pasada mantienen un acampe en la rotonda Zárate-Campana en defensa de sus puestos de trabajo. La precandidata a diputada provincial por la Segunda Sección por Unidad Ciudadana le pidió respuestas a Mauricio Macri a María Eugenia Vidal y cuestionó el rumbo de la política económica de Cambiemos: "Esta receta ya la vimos en 2001". En diálogo con NUEVA BA, la dirigente socialista cargó contra los concejales del macrismo por "no dar la cara" ante la crisis laboral y advirtió sobre el impacto de los despidos masivos en la economía local.
—¿Cuál es la situación de los trabajadores que realizan el acampe?
—Lo concreto es que 1150 trabajadores quedaron en la calle en una semana y que el Ministerio de Trabajo no dictó aún la conciliación obligatoria, que es lo que pide UOCRA. Hasta el momento no hay respuesta ni de Trabajo, ni de Nación ni de Provincia. El planteo sigue en pie y ellos siguen en la rotonda.
—¿Cómo impactan los despidos en la economía de Zárate?
—El impacto para la ciudad es muy grande. Son 1150 trabajadores que no van a tener la posibilidad de llevar a sus casas los recursos necesarios para dar sustento a sus familias. Eso va a afectar a la economía local. Zárate es un polo industrial importante donde se fueron dando bajas paulatinamente. Tenemos el caso de [la empresa química] Lanxess, que a fin de año va cerrar su planta. Es un momento crítico para la ciudad, porque las fuentes de trabajo, de una forma u otra, van a dejar de existir. El Gobierno habla de hacer más eficientes a las empresas, pero la realidad es que el distrito pierde miles de puestos de trabajo y no hay respuestas sobre cómo se van a generar nuevos empleos.
Cuando en marzo del año pasado quedaron más de 600 trabajadores en la calle por la baja de los contratos de NASA [Nucleoeléctrica Argentina S.A.] con las prestatarias, el Gobierno prometió una ayuda económica y no cumplió. Es difícil que las familias puedan pensar ahora que en octubre van a tener una fuente laboral y un trabajo digno. Es una estafa que le hicieron a los zarateños. Acá no vino la revolución de la alegría.
—¿Qué puede hacer el municipio ante la falta de soluciones de Nación y Provincia?
—Nosotros somos un municipio que hizo las cosas bien administrativamente, tenemos capacidad para adquirir endeudamiento y también para absorber lo que el Estado nacional y provincial no cubren, pero eso tiene un límite. En este desgobierno de Provincia y Nación, vamos para atrás como ciudad. Estábamos llevando adelante una obra faraónica para tener cloacas al 100 por ciento pero ya no podemos avanzar, porque esos recursos que teníamos asignados tenemos que utilizarlos para otras necesidades de la comunidad. Pese al crecimiento que teníamos, hoy estamos en una meseta porque esos recursos están siendo destinados a lo que tendrían que cubrir los gobiernos nacional y provincial.
—¿A qué atribuye los miles de despidos en Zárate y en otros puntos de la provincia de Buenos Aires?
—Cambiemos dice que aplica el ajuste por la herencia recibida, pero en realidad está respondiendo a lo que plantea como condición el Fondo Monetario Internacional para darle financiamiento internacional. Esa receta ya la conocemos desde 2001. En campaña dijimos que con esas políticas volvíamos al mismo escenario, pero ahora las políticas de ajuste son a corto plazo, con crudeza. Al Gobierno le tienen que dar los números, entonces va a dejar a mucha gente afuera del sistema.
En lo que se refiere a la reconversión de la política nuclear, tiene que ver con dar marcha atrás con lo que se trabajó en los doce años de kirchnerismo. Hoy la política económica no tiene que ver con la producción y la generación de puestos de trabajo, sino con una flexibilización encubierta. Eso lo saben sólo aquellos que han perdido su trabajo. Dentro de dos o tres meses pueden volver a ingresar al mercado, pero las condiciones son otras. Todo lo que está pasando en Zárate, Baradero, Campana y la región no tiene que ver transparentar o volver más eficientes los recursos.
—¿Qué va a plantear el intendente si es recibido por Macri y por Vidal?
—La reunión que pide el intendente con el Presidente y con la Gobernadora es para sostener las fuentes de trabajo. No podemos esperar hasta octubre, tienen que dar una alternativa hoy. El modelo neoliberal plantea mucho desarrollo de la bicicleta financiera, pero el Gobierno tiene que dar respuestas para contener la producción. Alguien tiene que absorber la mano de obra que queda vacante en los distritos. El modelo de ajuste de Cambiemos no da respuesta en ese sentido, los vecinos se quedan sin trabajo y no hay reconversión de ningún tipo.
—¿Qué actitud tomaron los concejales de Cambiemos en Zárate ante los despidos?
—No dan la cara. En Zárate aprobamos la emergencia laboral y el bloque de Cambiemos no emitió opinión. Tampoco están en las reuniones con los gremios. Es fácil llevar adelante la política que baja el Gobierno si no das la cara. Lo que les pedimos a los distintos bloques es mínimamente defender los intereses de nuestra comunidad, de los trabajadores y las familias. Si no, vamos en contra de nosotros mismos. Después vamos a timbrear y a pedirle el voto a un vecino que se quedó sin trabajo. La respuesta de Cambiemos es o el silencio total, o hablar de lo que el intendente no hace o prometer que en octubre van a llegar las fuentes laborales. Tenemos que seguir en la lucha para que los derechos conseguidos no se pierdan, porque de lo contrario vamos para atrás como comunidad, como provincia y como país.
—¿Qué lugar ocupará la agenda laboral en su trabajo legislativo si resulta electa como diputada provincial?
—Es una cuestión que vamos a tratar porque hay que ponerle un freno a esto. No es una mera frase o un slogan. Este modelo no tiene respuesta para todos los que quedan afuera del sistema, por eso hay que incidir sobre eso desde las Cámaras. El compromiso que asumimos es no estar nunca en contra de los intereses de los trabajadores. Si Cambiemos gana va a profundizar sus políticas crueles y voraces y va a terminar con la receta que ya conocemos. La agenda laboral va a ser una de las prioridades, como también la agenda que nos imponga el Gobierno nacional cada vez que afecte los derechos que hasta 2015 tenían adquiridos nuestros ciudadanos.
—¿Cómo va a seguir el conflicto?
—Este miércoles los gremios van a tener un plenario para definir los pasos a seguir si no hay respuestas. Esperemos que el Gobierno nacional de marcha atrás y que tenga otra alternativa que no sea dejar a más de 1100 trabajadores en la calle. No son puestos ficticios, los trabajadores cumplían una tarea concreta. El Ministerio de Trabajo tiene que dictar la conciliación obligatoria. Esto no es un problema de tránsito, como dicen algunos medios nacionales, sino un problema que hoy impacta en el bolsillo de la gente que se queda sin trabajo pero que en el corto plazo va a afectar a toda la comunidad.
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