- Política
- 20.07.2017
CRISIS LABORAL
PepsiCo: un mes de lucha en defensa de los puestos de trabajo
Hace 30 días, la multinacional alimenticia cerraba sus puertas y dejaba a 600 trabajadores en la calle. Repasá en esta nota la cronología del conflicto.
Los trabajadores de la empresa PepsiCo cumplen hoy un mes de lucha en defensa de sus puestos de trabajo. Los despidos masivos en la multinacional de Vicente López pusieron de manifiesto la crisis laboral que atraviesa la Provincia y el desamparo que sufren miles de trabajadores frente a la represión estatal. NUEVA BA te cuenta los hechos principales del conflicto: el cierre de la fábrica, las sucesivas marchas, la feroz represión ordenada por Cambiemos y la instalación de la carpa frente al Congreso.
El cierre
El 20 de junio, mientras el lanzamiento de Unidad Ciudadana en la cancha de Arsenal de Sarandí concentraba toda la atención mediática, la empresa multinacional PepsiCo cerró sorpresivamente su planta en Vicente López y dejó sin trabajo a 600 personas. Los empleados, que se enteraron de la decisión empresarial a través de una nota pegada en el portón de la fábrica, no pudieron entrar ese día a su lugar de trabajo por el bloqueo que hizo Gendarmería.
La empresa alimenticia informó escuetamente que cerraba su planta ubicada en el barrio de Florida para ampliar la de Mar del Plata. Comunicó además que la decisión de cerrar la fábrica se debía "a los obstáculos inherentes a la ubicación de la planta en un área mayormente residencial, su compleja estructura de costos y extensos requerimientos logísticos". También puso como excusa una presunta crisis económica que, según denunciaron los empleados, nunca pudo demostrar.
Horas después del cierre de la planta, la gerencia de la empresa empezó a citar a los trabajadores a las oficinas de Recursos Humanos para negociar una indemnización.
Concejales de Vicente López y diputados provinciales y nacionales de distintas fuerzas políticas llegaron a la fábrica para brindarles su apoyo a los trabajadores.
El inicio de la toma
El 26 de junio, tras realizar asambleas y reclamos ante el Ministerio de Trabajo, los empleados de PepsiCo decidieron ocupar de forma pacífica la planta de Florida ante la posibilidad de que las fuerzas de seguridad se llevaran las maquinarias y los elementos de trabajo. "Vamos a permanecer hasta que la empresa reabra las puertas y podamos volver a trabajar normalmente", dijo el delegado Camilo Mones en una conferencia de prensa que brindaron en la entrada de la fábrica.
En un comunicado, los trabajadores le apuntaron a Rodolfo Daer, titular del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación. "Ante la decisión de la empresa de dejar a 600 familias en la calle, denunciamos el cierre fraudulento y los despidos ilegales, además de que el sindicato de la Alimentación que conduce Rodolfo Daer resolvió no pelear más por los puestos de trabajo", manifestaron.
En paralelo, los despedidos de PepsiCo iniciaron una campaña nacional para que no se compraran productos de la empresa hasta que reabriera su planta.
Corte en Panamericana y marcha a la Municipalidad
La lucha de los trabajadores sumaba adhesiones de sectores políticos, sociales, sindicales y estudiantiles, pero el intendente de Vicente López, Jorge Macri, seguía en silencio. Frente a esa situación, los delegados marcharon el mediodía del 30 de junio a las puertas de la Municipalidad. La intención era reunirse con el jefe comunal para pedirle que expresara públicamente si estaba a favor o en contra del reclamo de los despedidos. Los recibió el Jefe de Gabinete local y les ofreció asesoramiento legal.
"Nos propuso abogados para ayudarnos legalmente, pero no mucho más que eso. Nos sentimos defraudados, porque queríamos que planteara si estaba a favor o en contra de los trabajadores de PepsiCo", sostuvo a este medio Luis Medina, delegado de la fábrica.
Más temprano, unos 70 trabajadores habían realizado un corte sorpresivo en Henry Ford y Panamericana. Estuvieron allí con carteles durante 45 minutos hasta que decidieron retirarse ante la inminente llegada de la Gendarmería.
La movilización en Capital y un nuevo corte
El 4 de julio, los trabajadores se concentraron en la avenida 9 de Julio, en medio de un fuerte operativo policial montado por la Nación y la Ciudad. "Marchamos en defensa de nuestros puestos de trabajo", resumió el delegado Leandro Gómez. Los empleados se trasladaron luego a la cartera conducida por Jorge Triaca para exigir nuevamente la reapertura de la fábrica.
Ese mismo día, los despedidos de PepsiCo tuvieron una audiencia en el Congreso de la Nación con legisladores y dirigentes sociales y de organismos de derechos humanos que manifestaron un fuerte respaldo a la lucha contra los despidos.
En tanto, el Gobierno dio sus primeras opiniones sobre el caso. "No podemos intervenir en una decisión empresarial", dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, al término de una reunión de Gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner.
Dos días después de la marcha en la Ciudad de Buenos Aires, los trabajadores de PepsiCo realizaron un nuevo corte en Panamericana. Sin la presencia de la Gendarmería, bloquearon parcialmente el tránsito durante una hora y media en la traza en sentido a Capital Federal, en el kilómetro 35 del ramal Campana, a la altura de la avenida Henry Ford. Se retiraron del lugar cuando llegaron los efectivos de la fuerza de seguridad.
Jorge Macri rompió el silencio
A 20 días del inicio del conflicto, el intendente de Cambiemos se refirió a los 600 despidos en la multinacional alimenticia. En declaraciones periodísticas, consideró que fueron "irresponsablemente despedidos" pero, en línea con los argumentos de Peña, afirmó que "es una decisión que cualquier empresario puede tomar y que nosotros no podemos evitar".
Sin embargo, el primo del presidente Mauricio Macri subrayó que los empresarios que cerraron la planta en Florida "han sido responsables y han ofrecido más del doble o el triple de indemnización", aunque reconoció que "esto no le devuelve a un trabajador la tranquilidad. Todos sabemos lo difícil que es para alguien de 50 años conseguir trabajo”.
Por su parte, los delegados continuaban con las medidas de fuerza. Por esas horas bloquearon todas las entradas de la planta de PepsiCo en Mar del Plata para visibilizar el conflicto.
La amenaza del desalojo
El 7 de julio, el fiscal Gastón Larramendi pidió el desalojo de la planta. La solicitud fue bien recibida por la jueza de garantías n° 3 de San Isidro, Andrea Rodríguez Mentasty. Ante la amenaza del desalojo, los delegados marcharon el 10 al Juzgado, donde mantuvieron una infructuosa reunión con la magistrada. "Se negó a otorgar las garantías mínimas de que no se llevará adelante un desalojo violento", denunciaron los trabajadores.
En ese marco, los abogados de los trabajadores explicaron que la empresa "incurrió en el delito de lock out ofensivo al cerrar la planta previo a la apertura del Procedimiento Preventivo de Crisis". A su vez, radicaron una denuncia en los Juzgados Federales de San Isidro y solicitaron "la incompetencia de la jueza, que no debería seguir con el caso y mucho menos ejecutar una orden de desalojo".
Asimismo, los trabajadores señalaron en un comunicado que "lo más alevoso de la situación es que el pedido de desalojo solicitado por la patronal se basa en un supuesto peligro de contaminación que la planta tendría. Es decir, que la empresa aduce su propia infracción a la ley al mantener una planta supuestamente contaminante para justificar el uso de la fuerza contra los trabajadores".
La represión
El 13 de julio, pasadas las 8 de la mañana, la Policía Bonaerense y la Gendarmería reprimieron a los trabajadores y los expulsaron violentamente de la planta. Tiraron gases lacrimógenos y balas de goma y detuvieron a cinco personas, que fueron llevadas a la Comisaría Primera de San Fernando. Los cesanteados recibieron el apoyo de legisladores y dirigentes de izquierda que se hicieron presentes en el lugar para impedir el avance de la Policía.
Mientras la Bonaerense y la Gendarmería reprimían, la empresa emitió un comunicado en el que defendió su decisión de cerrar la planta en Florida y afirmó que les brindó a los despedidos "un trato cuidadoso".
"El pasado 20 de junio de 2017, PepsiCo Argentina tomó la difícil decisión de cerrar la planta ubicada en la localidad de Florida (partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires), donde se fabricaban snacks salados", sostuvo la multinacional en el comunicado.
Los dueños de PepsiCo argumentaron que cerraron la planta por la imposibilidad de ampliar las instalaciones debido a que está ubicada en una zona residencial y también hablaron sobre la "inviabilidad económica derivada de su alta estructura de costos". "La compañía inició desde entonces un Procedimiento Preventivo de Crisis y ha abordado esta situación brindando un trato cuidadoso a sus trabajadores, contactando a cada una de las 536 personas que se han visto impactadas por el cierre", agregaron desde la empresa.
Horas después de la represión, el fiscal Larramendi justificó su pedido de desalojo al señalar que "hubo una intrusión ilegal de los trabajadores" que quedaron en la calle tras el cierre de la empresa. Asimismo, dijo que solicitó el procedimiento por el presunto riesgo ambiental que implicaba el funcionamiento de la fábrica.
Cambiemos celebró la represión
La plana mayor del oficialismo justificó el salvaje desalojo y le apuntó a la izquierda. La gobernadora María Eugenia Vidal defendió la represión policial y culpó a los dirigentes que se trasladaron al lugar para apoyar el reclamo de los 600 despedidos. Remarcó que "los únicos heridos fueron los policías" y que la toma "fue activada políticamente" por Luis Zamora, Vilma Rippoll y Myriam Bregman, entre otros dirigentes.
Los mismos argumentos utilizaron Cristian Ritondo y Patricia Bullrich, ministros de Seguridad de la Provincia y la Nación, respectivamente. "Cuando uno tiene 15 policías heridos, se sabe de dónde viene la violencia. Lo único que tengo que lamentar es que hay 15 policías heridos", dijo el funcionario bonaerense. "La Policía hizo lo que tenía que hacer", sumó su par de Nación, que insólitamente cargó contra los delegados de izquierda al aseverar que "lo único que hacen es cerrar empresas".
Nueva marcha contra los despidos y una carpa frente al Congreso
Este martes, los trabajadores de la empresa multinacional marcharon en Capital Federal junto a sindicatos y agrupaciones políticas para protestar contra los despidos masivos y la represión que sufrieron la semana pasado. Con cánticos contra Macri y la cúpula de la CGT, a la que le recriminaron no haber convocado a un "paro general", marcharon al Obelisco, a la Plaza de los Dos Congresos y al Ministerio de Trabajo.
La jornada de lucha culminó con la instalación de una carpa frente al Congreso de la Nación, donde los trabajadores continúan recibiendo muestras de solidaridad.
El cierre
El 20 de junio, mientras el lanzamiento de Unidad Ciudadana en la cancha de Arsenal de Sarandí concentraba toda la atención mediática, la empresa multinacional PepsiCo cerró sorpresivamente su planta en Vicente López y dejó sin trabajo a 600 personas. Los empleados, que se enteraron de la decisión empresarial a través de una nota pegada en el portón de la fábrica, no pudieron entrar ese día a su lugar de trabajo por el bloqueo que hizo Gendarmería.
La empresa alimenticia informó escuetamente que cerraba su planta ubicada en el barrio de Florida para ampliar la de Mar del Plata. Comunicó además que la decisión de cerrar la fábrica se debía "a los obstáculos inherentes a la ubicación de la planta en un área mayormente residencial, su compleja estructura de costos y extensos requerimientos logísticos". También puso como excusa una presunta crisis económica que, según denunciaron los empleados, nunca pudo demostrar.
Horas después del cierre de la planta, la gerencia de la empresa empezó a citar a los trabajadores a las oficinas de Recursos Humanos para negociar una indemnización.
Concejales de Vicente López y diputados provinciales y nacionales de distintas fuerzas políticas llegaron a la fábrica para brindarles su apoyo a los trabajadores.
El inicio de la toma
El 26 de junio, tras realizar asambleas y reclamos ante el Ministerio de Trabajo, los empleados de PepsiCo decidieron ocupar de forma pacífica la planta de Florida ante la posibilidad de que las fuerzas de seguridad se llevaran las maquinarias y los elementos de trabajo. "Vamos a permanecer hasta que la empresa reabra las puertas y podamos volver a trabajar normalmente", dijo el delegado Camilo Mones en una conferencia de prensa que brindaron en la entrada de la fábrica.
En un comunicado, los trabajadores le apuntaron a Rodolfo Daer, titular del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación. "Ante la decisión de la empresa de dejar a 600 familias en la calle, denunciamos el cierre fraudulento y los despidos ilegales, además de que el sindicato de la Alimentación que conduce Rodolfo Daer resolvió no pelear más por los puestos de trabajo", manifestaron.
En paralelo, los despedidos de PepsiCo iniciaron una campaña nacional para que no se compraran productos de la empresa hasta que reabriera su planta.
Corte en Panamericana y marcha a la Municipalidad
La lucha de los trabajadores sumaba adhesiones de sectores políticos, sociales, sindicales y estudiantiles, pero el intendente de Vicente López, Jorge Macri, seguía en silencio. Frente a esa situación, los delegados marcharon el mediodía del 30 de junio a las puertas de la Municipalidad. La intención era reunirse con el jefe comunal para pedirle que expresara públicamente si estaba a favor o en contra del reclamo de los despedidos. Los recibió el Jefe de Gabinete local y les ofreció asesoramiento legal.
"Nos propuso abogados para ayudarnos legalmente, pero no mucho más que eso. Nos sentimos defraudados, porque queríamos que planteara si estaba a favor o en contra de los trabajadores de PepsiCo", sostuvo a este medio Luis Medina, delegado de la fábrica.
Más temprano, unos 70 trabajadores habían realizado un corte sorpresivo en Henry Ford y Panamericana. Estuvieron allí con carteles durante 45 minutos hasta que decidieron retirarse ante la inminente llegada de la Gendarmería.
La movilización en Capital y un nuevo corte
El 4 de julio, los trabajadores se concentraron en la avenida 9 de Julio, en medio de un fuerte operativo policial montado por la Nación y la Ciudad. "Marchamos en defensa de nuestros puestos de trabajo", resumió el delegado Leandro Gómez. Los empleados se trasladaron luego a la cartera conducida por Jorge Triaca para exigir nuevamente la reapertura de la fábrica.
Ese mismo día, los despedidos de PepsiCo tuvieron una audiencia en el Congreso de la Nación con legisladores y dirigentes sociales y de organismos de derechos humanos que manifestaron un fuerte respaldo a la lucha contra los despidos.
En tanto, el Gobierno dio sus primeras opiniones sobre el caso. "No podemos intervenir en una decisión empresarial", dijo el jefe de Gabinete, Marcos Peña, al término de una reunión de Gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner.
Dos días después de la marcha en la Ciudad de Buenos Aires, los trabajadores de PepsiCo realizaron un nuevo corte en Panamericana. Sin la presencia de la Gendarmería, bloquearon parcialmente el tránsito durante una hora y media en la traza en sentido a Capital Federal, en el kilómetro 35 del ramal Campana, a la altura de la avenida Henry Ford. Se retiraron del lugar cuando llegaron los efectivos de la fuerza de seguridad.
Jorge Macri rompió el silencio
A 20 días del inicio del conflicto, el intendente de Cambiemos se refirió a los 600 despidos en la multinacional alimenticia. En declaraciones periodísticas, consideró que fueron "irresponsablemente despedidos" pero, en línea con los argumentos de Peña, afirmó que "es una decisión que cualquier empresario puede tomar y que nosotros no podemos evitar".
Sin embargo, el primo del presidente Mauricio Macri subrayó que los empresarios que cerraron la planta en Florida "han sido responsables y han ofrecido más del doble o el triple de indemnización", aunque reconoció que "esto no le devuelve a un trabajador la tranquilidad. Todos sabemos lo difícil que es para alguien de 50 años conseguir trabajo”.
Por su parte, los delegados continuaban con las medidas de fuerza. Por esas horas bloquearon todas las entradas de la planta de PepsiCo en Mar del Plata para visibilizar el conflicto.
La amenaza del desalojo
El 7 de julio, el fiscal Gastón Larramendi pidió el desalojo de la planta. La solicitud fue bien recibida por la jueza de garantías n° 3 de San Isidro, Andrea Rodríguez Mentasty. Ante la amenaza del desalojo, los delegados marcharon el 10 al Juzgado, donde mantuvieron una infructuosa reunión con la magistrada. "Se negó a otorgar las garantías mínimas de que no se llevará adelante un desalojo violento", denunciaron los trabajadores.
En ese marco, los abogados de los trabajadores explicaron que la empresa "incurrió en el delito de lock out ofensivo al cerrar la planta previo a la apertura del Procedimiento Preventivo de Crisis". A su vez, radicaron una denuncia en los Juzgados Federales de San Isidro y solicitaron "la incompetencia de la jueza, que no debería seguir con el caso y mucho menos ejecutar una orden de desalojo".
Asimismo, los trabajadores señalaron en un comunicado que "lo más alevoso de la situación es que el pedido de desalojo solicitado por la patronal se basa en un supuesto peligro de contaminación que la planta tendría. Es decir, que la empresa aduce su propia infracción a la ley al mantener una planta supuestamente contaminante para justificar el uso de la fuerza contra los trabajadores".
La represión
El 13 de julio, pasadas las 8 de la mañana, la Policía Bonaerense y la Gendarmería reprimieron a los trabajadores y los expulsaron violentamente de la planta. Tiraron gases lacrimógenos y balas de goma y detuvieron a cinco personas, que fueron llevadas a la Comisaría Primera de San Fernando. Los cesanteados recibieron el apoyo de legisladores y dirigentes de izquierda que se hicieron presentes en el lugar para impedir el avance de la Policía.
Mientras la Bonaerense y la Gendarmería reprimían, la empresa emitió un comunicado en el que defendió su decisión de cerrar la planta en Florida y afirmó que les brindó a los despedidos "un trato cuidadoso".
"El pasado 20 de junio de 2017, PepsiCo Argentina tomó la difícil decisión de cerrar la planta ubicada en la localidad de Florida (partido de Vicente López, provincia de Buenos Aires), donde se fabricaban snacks salados", sostuvo la multinacional en el comunicado.
Los dueños de PepsiCo argumentaron que cerraron la planta por la imposibilidad de ampliar las instalaciones debido a que está ubicada en una zona residencial y también hablaron sobre la "inviabilidad económica derivada de su alta estructura de costos". "La compañía inició desde entonces un Procedimiento Preventivo de Crisis y ha abordado esta situación brindando un trato cuidadoso a sus trabajadores, contactando a cada una de las 536 personas que se han visto impactadas por el cierre", agregaron desde la empresa.
Horas después de la represión, el fiscal Larramendi justificó su pedido de desalojo al señalar que "hubo una intrusión ilegal de los trabajadores" que quedaron en la calle tras el cierre de la empresa. Asimismo, dijo que solicitó el procedimiento por el presunto riesgo ambiental que implicaba el funcionamiento de la fábrica.
Cambiemos celebró la represión
La plana mayor del oficialismo justificó el salvaje desalojo y le apuntó a la izquierda. La gobernadora María Eugenia Vidal defendió la represión policial y culpó a los dirigentes que se trasladaron al lugar para apoyar el reclamo de los 600 despedidos. Remarcó que "los únicos heridos fueron los policías" y que la toma "fue activada políticamente" por Luis Zamora, Vilma Rippoll y Myriam Bregman, entre otros dirigentes.
Los mismos argumentos utilizaron Cristian Ritondo y Patricia Bullrich, ministros de Seguridad de la Provincia y la Nación, respectivamente. "Cuando uno tiene 15 policías heridos, se sabe de dónde viene la violencia. Lo único que tengo que lamentar es que hay 15 policías heridos", dijo el funcionario bonaerense. "La Policía hizo lo que tenía que hacer", sumó su par de Nación, que insólitamente cargó contra los delegados de izquierda al aseverar que "lo único que hacen es cerrar empresas".
Nueva marcha contra los despidos y una carpa frente al Congreso
Este martes, los trabajadores de la empresa multinacional marcharon en Capital Federal junto a sindicatos y agrupaciones políticas para protestar contra los despidos masivos y la represión que sufrieron la semana pasado. Con cánticos contra Macri y la cúpula de la CGT, a la que le recriminaron no haber convocado a un "paro general", marcharon al Obelisco, a la Plaza de los Dos Congresos y al Ministerio de Trabajo.
La jornada de lucha culminó con la instalación de una carpa frente al Congreso de la Nación, donde los trabajadores continúan recibiendo muestras de solidaridad.
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