ENTREVISTA EXCLUSIVA

Moreira: "La candidatura de Cristina debilita la reconstrucción del peronismo"

El senador bonaerense Fernando Moreira dijo que la ex Presidenta "tiene una minoría intensa" pero "una imagen negativa alta". Encolumnado detrás de Randazzo, llamó a "frenar" a Macri en octubre y analizó el "combo" de factores que llevaron a la derrota de 2015.


Por Mauro Castro

"Nunca planteamos nada extraño, simplemente participar de las PASO"
, dice Fernando Moreira en su despacho del Senado bonaerense, donde recibe a NUEVA BA para conversar sobre la actualidad del peronismo tras el cierre de listas y también sobre las elecciones legislativas y la actualidad del país y la Provincia. El dirigente que apoya la candidatura de Florencio Randazzo y que buscará renovar su banca por la Primera Sección afirma que la postulación de Cristina Fernández de Kirchner favorece a Cambiemos y analiza los "errores" que llevaron a la derrota en 2015. "Ellos también se sorprendieron con el triunfo", señala. Las críticas a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal y la pelea electoral de 2019.

—¿Qué análisis hace de las negociaciones que precedieron al cierre de listas en el peronismo?

—Es importante que quede claro que siempre tuvimos la intención de participar de un espacio común y de generar una unidad. Esta era y sigue siendo una de las claves de la construcción política que tenemos que hacer ahora y en el 2019 para ganarle al gobierno de Macri y frenar estas políticas y siempre entendimos que teníamos que encarar el proceso electoral en búsqueda de una unidad que nos permitiera llegar a octubre todos juntos.

—En el Congreso del PJ que se hizo en La Matanza en diciembre confluyeron todas las corrientes internas del peronismo y acordaron trabajar por la unidad. ¿Qué pasó en el medio?

—La verdad que no le encuentro explicaciones, porque nosotros no planteamos ninguna cosa extraña, simplemente participar de las PASO. Lejos de ser un problema, tener un debate en el interior de un espacio político tiene que ser visto como una cuestión positiva. Tenemos coincidencias fundamentales sobre la mirada del país y sobre el proceso que está llevando adelante este Gobierno, pero también tenemos diferencias estratégicas.

—¿Cuáles son esas diferencias?

—Tenemos diferencias de miradas, de estrategias, de tácticas y de evaluación del proceso anterior. Faltó debate, autocrítica, muchas discusiones. Teníamos que construir esa unidad pero después de saldar algunas diferencias y generar un reencuentro. Nosotros pretendíamos ir a unas PASO para plantear estas diferencias y después estar todos juntos en octubre. Hicimos intentos para mantener esa unidad y eso no fue posible porque un sector importante del peronismo de la Provincia decidió abandonar el PJ para armar un frente distinto, con lo cual hizo imposible esa posibilidad de generar una lista común y una unidad en este proceso.


—El randazzismo habla de los “errores” que llevaron a la derrota de 2015. ¿Cuáles son?

—Hubo una sumatoria de errores. En la última etapa el Gobierno [kirchnerista] se encerró, se aisló, dejó de hablarle a un conjunto para hablarle al sector propio, que ya estaba comprometido. De hecho, perdimos un porcentaje de la población que nos acompañó en 2011, por lo menos 20 puntos en la Provincia. Teníamos que entender qué nos estaba pasando, estábamos achicando el mensaje, producto de no aceptar errores, no discutir cuestiones que la gente sentía que eran importantes como la seguridad, la pobreza y la inflación que sistemáticamente se negaban. Hubo un proceso de aislamiento, no sé si producto de la soberbia o no, que empezó a concentrarse cada vez más en un grupo chico asociado fuertemente al poder. Por eso muchos sectores de la política y del sindicalismo y movimientos sociales que acompañaron el proceso durante mucho tiempo se terminaron yendo. La gente también empezó a cansarse de un determinado estilo de comunicación. Es una sumatoria de cuestiones, incluido cómo se resolvió el proceso de selección de candidatos. Ese combo explica gran parte de la derrota, a pesar de que fue un proceso virtuoso porque fue un Gobierno que amplió derechos, generó trabajo, permitió salir de una crisis tremenda y dejó un país funcionando. Entendemos que había errores que corregir y no nos parecía tan tremendo como para que no pudiéramos convivir en una elección interna.

"Al Gobierno le va mal cuando tiene que explicar qué pasa con sus promesas de campaña y le va bien cuando se pone como barrera frente al pasado".


—¿Cómo se explica la ruptura del Grupo Esmeralda, que había nacido para impulsar la renovación post-kirchnerista detrás de la candidatura de Randazzo?

—Los agrupamientos de intendentes fueron parte del proceso que se dio después de la derrota de 2015, como también las diferencias que hubo en las Legislaturas. Todo respondió a la misma lógica: ver cómo construíamos de nuevo una propuesta mayoritaria para estar de pie y enfrentar el desafío político y electoral. Se hicieron muchos intentos que se fueron debilitando porque algunos, legítimamente, entendieron que no estaban dadas las condiciones para dar una pelea más grande o porque priorizaron las cuestiones electorales y tomaron decisiones en función de las encuestas y priorizaron sus distritos. Nosotros nos mantuvimos en la misma posición porque realmente estamos convencidos de que este es el debate que hay que dar. Si no lo hacemos, hay grandes chances de que en 2019 no podamos ganarle a Macri. Era indispensable dar esta discusión, pero a lo mejor otros entendieron que no estaban dadas las condiciones y que había que postergarla.

—¿Qué tiene Randazzo que no tiene Cristina para convertirse en el líder del PJ?

—Prefiero no personalizar las cuestiones políticas. El problema no es Cristina sí o Cristina no. Entendemos que la candidatura de Cristina hoy puede ser fuerte pero debilita un proceso de reconstrucción del PJ que permita tener nuevos candidatos que miren al futuro. Esa es la clave para nosotros. Hoy CFK tiene una minoría intensa, importante, pero también una imagen negativa muy alta. Lo que queremos es poner en discusión la estrategia, analizarla, ver qué nos conviene más. Lo que hace Randazzo es encabezar esa discusión. Los candidatos [para 2019] se van a definir en su momento en función de esos procesos políticos, pero no me parece que tenga que ver exclusivamente con atributos personales.


—¿La candidatura de la ex Presidenta es funcional a Cambiemos?

—Al Gobierno le va mal cuando tiene que explicar qué está haciendo, qué pasa con sus promesas de campaña, con la pobreza, la lluvia de inversiones que no vino, las tarifas y las jubilaciones. Y le va bien cuando se pone como barrera frente al pasado. Cuando dice: “Somos la garantía de que el pasado no vuelve”. Tenemos que ser inteligentes para no llevar la discusión a ese terreno. Convenía tener otros candidatos que pudieran orientar la discusión hacia el presente y el futuro, poner al Gobierno a discutir las políticas actuales y las consecuencias de esas políticas y no los errores del Gobierno anterior, que obviamente los hubo y hay que discutirlos, entenderlos, saber por qué nos equivocamos y en qué para no repetirlos. Por eso creo que en el corto y en el mediano plazo, la candidatura de Cristina es funcional a Cambiemos. No intencionalmente, pero lo termina favoreciendo.

—Ishii cuestionó a Randazzo por pedir internas con Cristina y después intentar "proscribirlo". ¿Cuál es la versión del randazzismo?

—Nosotros defendemos su participación en las primarias. Este tipo de procesos está regido por la Justicia Electoral, que es la que al final dice si reuniste los requisitos para ser candidato. Si los habilitaron es porque los consiguieron. No hay posibilidad de eliminar a alguien que presentó los avales en tiempo y forma.

—¿Les sorprendió el triunfo de Macri?

—A pesar de que podíamos ser críticos de algunos errores tácticos o estratégicos, entendíamos que alcanzaba para ganar [en 2015]. Sorprendió sobre todo en la Provincia y a propios y extraños, porque ellos también se sorprendieron.

—¿Cuál es su análisis de este primer año y medio de gobierno de Cambiemos?

—Desde el punto de vista de la gestión, no hay una sola política importante o estructural que uno pueda rescatar como exitosa. Puede haber cuestiones puntuales, pero en términos generales no hay. Empeoraron todos los indicadores socio-económicos: el consumo, la pobreza, el poder adquisitivo, aumentaron las tarifas, subió el desempleo. Todos los indicadores socio-económicos están peor.

—¿Y en la provincia de Buenos Aires?

—En la Provincia tuvo que ver con que les costó muchísimo arrancar el proceso. Además es cierto que hay una situación estructural crítica en términos económicos y de educación, salud y seguridad. Más allá de eso, uno puede ver buenas intenciones pero en términos de logros estamos muy lejos de un éxito.


—¿La lucha contra la inseguridad es el mayor desafío que tiene el gobierno de Vidal?

—En la Provincia todos los desafíos son importantes. La inseguridad es un flagelo que nos afecta a todos permanentemente, pero también hay problemas en materia de educación, salud, Justicia y viabilidad económica. Hay que resolver muchísimas cuestiones, pero ya se consumió casi el 50 por ciento del mandato y no avanzamos mucho.

"Desde el punto de vista de la gestión, no hay una política importante o estructural que uno pueda rescatar como exitosa".


—¿Cómo impacta en la economía de San Martín la crisis de las pymes?

—En cualquier pyme de la Provincia la situación es la misma. Aumentaron los costos y cayeron el poder adquisitivo de la gente, el consumo y las ventas. Hay achiques, despidos, suspensiones. El que tenía 10 empleados hace dos años hoy tiene cuatro; y el que tenía cuatro, hoy trabaja solo. Si no fortalecemos el mercado interno, no hay manera. Es un proceso que está muy complicado y que en los barrios del Gran Buenos Aires se nota mucho. En San Martín no hay despidos masivos, pero sí hay uno todos los meses. Es un deterioro permanente. A lo mejor no es un shock, pero se siente el achique una vez que hacés la cuenta al final del año.

—Macri atribuye los despidos en las pymes a la “mafia de los juicios laborales”.

—Eso tiene que ver con una mirada ideológica y hasta teórica de la economía, porque piensa en el empleo como un costo. Está pensando en cómo bajar costos y esa lógica tiene que ver con la flexibilización. Sus medidas tienden a ese tipo de políticas. Nosotros creemos que el empleo es dinamizador de la economía y que la competitividad hay que buscarla de otra manera. Es una cuestión que denota claramente el sesgo que tiene este Gobierno.

—¿Existe alguna posibilidad de que Randazzo y Cristina vuelvan a unificar criterios después de las elecciones? 

—Con los compañeros que están en ese otro sector seguro tenemos muchísimas coincidencias y si no las podemos resolver en este proceso electoral vamos a seguir intentando resolverlas de acá para adelante. El objetivo principal es frenar las políticas neoliberales del actual Gobierno. Para eso hay que generar una mayoría y eso se logra con todos los sectores con los que tengamos esa coincidencia principal.


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