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- 22.06.2018
ENTREVISTA EXCLUSIVA
Lisandro Bonelli: "Volver al FMI es una tragedia para los argentinos"
El diputado del Frente Renovador advirtió que si Macri no cambia el modelo económico "va a tener problemas sociales". El freno a Farmacity en Diputados y las presiones de Quintana. "Vidal es Macri". La relación con Cambiemos en la Legislatura. El futuro electoral del PJ y el rol de Massa en ese armado.
Crédito: Prensa Lisandro Bonelli.
Por Mauro Castro
"El acuerdo con el FMI demuestra que la política económica de Macri fracasó". Así resume Lisandro Bonelli el momento argentino actual. El diputado bonaerense del Frente Renovador cree que el pedido de ayuda al organismo de crédito traerá más desocupación. "Ya sabemos cómo nos fue con el Fondo", advierte.
En una entrevista exclusiva con Nueva BA, Bonelli, que desde 2013 representa a San Nicolás y a la Segunda Sección electoral en la Legislatura bonaerense, cuestiona el modelo de Cambiemos y analiza su impacto en la economía nacional y provincial. "Si el Gobierno no corrije el rumbo, cualquier estornudo internacional provocará un desastre económico", afirma. Y alerta sobre los "problemas sociales" que afrontará el macrismo si las tarifas siguen subiendo.
El autor del proyecto que frena el desembarco de Farmacity en la Provincia también habla sobre la lucha de los farmacéuticos contra la empresa de Mario Quintana y analiza la gestión de María Eugenia Vidal, la relación con el oficialismo en la Legislatura y el futuro electoral del peronismo, donde, asegura, Sergio Massa tendrá un rol protagónico.
—Hace poco se sancionó en Diputados un proyecto tuyo que limita el desembarco de Farmacity en la Provincia. Por estas horas, la Corte convocó a una audiencia pública para debatir ese tema. ¿Cuál es tu análisis?
—Yo me había presentado como 'amigo del tribunal' para pedir que la Corte llamara a una audiencia pública porque entiendo que afecta intereses públicos, no sólo de las dos partes en litigio, que son Farmacity y la Provincia. Cualquier fallo también puede afectar a otras provincias que están en litigio en sus tribunales. Y también afecta a los consumidores, porque el ingreso de sociedades anónimas rompe el mercado, lo concentra y sube los precios. Cuando un jugador de estas características, de este poder económico, se mete en el mercado de la venta de medicamentos, lo concentra y lo distorsiona y esa concentración tiende a subir los precios. Esos precios te los van a manejar para arriba, porque las sociedades anónimas no buscan garantizar el acceso a los medicamentos sino maximizar su rentabilidad.
También hay que dejar en claro que un funcionario de primera línea como Mario Quintana reconoció después de mucho tiempo que es dueño de Farmacity, que tiene acciones y que tiene una participación mayoritaria en la toma de decisiones de la firma. Claramente Quintana ha buscado utilizar su poder en el Estado para influir sobre la Justicia para que dictamine a favor de sus intereses.
Hay una ley que regula el funcionamiento de las farmacias. Si a Cambiemos no le gusta, que presente una alternativa y la discutimos en el ámbito correspondiente. Muchos funcionarios de Cambiemos hablan de seguridad jurídica y la seguridad jurídica es respetar las leyes existentes. ¿O para ellos existe sólo cuando las leyes son funcionales a sus intereses?
—El reclamo de Farmacity ya había sido rechazado en distintas instancias judiciales e incluso en la Suprema Corte bonaerense. ¿Cómo fue que llegó a la Corte nacional?
—Ellos presentaron el recurso hace unos cuatro o cinco años. En primera y segunda instancia fue desestimado y la Suprema Corte de la Provincia lo rechazó con argumentos muy duros. También se le pidió posición a la Fiscalía de Estado de la Provincia, que representa los intereses de los bonaerenses. Y la Fiscalía también rechazó los argumentos de Farmacity. La empresa presentó un recurso en queja hace casi un año para llegar a la Corte. Eso sucede en casos muy graves, que son contados con los dedos de la mano. Misteriosamente, la Corte aceptó esta queja y actualmente el recurso se está discutiendo ahí. Por eso estamos convencidos de que Quintana intenta influir fuertemente sobre las decisiones de la Justicia. Ahora que la Corte llamó a una audiencia, me parece que Quintana tendría que dar un paso al costado y renunciar. Y si no lo hace, el Presidente tendría que pedirle la renuncia. Un funcionario así, tan cuestionado, tan criticado, con tantas evidencias de que mintió y de que influye en la Justicia, no puede seguir en el Gobierno.
—¿Cómo analizás la situación económica actual tras el acuerdo con el FMI y la suba del dólar?
—Es crónica de una crisis cambiaria anunciada. Un país que apunta a la especulación y a la timba financiera en detrimento de la producción y de la generación de empleo y de la apuesta a la pequeña y mediana industria indefectiblemente termina en una crisis cambiaria, como sucedió en el último mes y medio. Argentina tiene que generar dólares y está haciendo todo lo contrario: está exportando ahorros y está importando trabajo a través de la cantidad de cosas que le compramos al mundo. Claramente eso genera un déficit, te faltan los dólares y terminás en una crisis cambiaria como la que vivimos.
"Si llega a haber más aumentos de tarifas, Macri va a tener serios problemas sociales".
—¿Qué opinás de la vuelta al Fondo?
—El acuerdo con el Fondo es la clara demostración de que la política económica de Macri fracasó. Todos sabemos cómo nos fue cada vez que nos relacionamos con el Fondo. Más allá del acuerdo en sí, lo más grave de todo es que el Gobierno nos quiere hacer creer a los argentinos que ha sido un logro de su gestión haber acordado con el FMI. Y la verdad que es todo lo contrario: es una tragedia. Sabemos cómo nos ha ido, cómo les ha ido a Grecia y a Jordania, que firmaron convenios hace poco. Volver al Fondo es una tragedia para los argentinos: va a significar menos empleo, menos producción, menos plata para los jubilados, menos poder adquisitivo para los laburantes.
El ejemplo más cercano es Grecia. Del 2010 a la fecha firmó tres o cuatro acuerdos. ¿Qué significaron? Reducción de jubilaciones en tres oportunidades, se recortó un tercio el aporte del Estado al sistema de salud y los trabajadores griegos perdieron un 20 por ciento de poder adquisitivo. Ese fue el resultado que obtuvo Grecia por su acuerdo con el FMI en los últimos años. ¿Por qué para nosotros va a ser algo diferente?
Crédito: Prensa Lisandro Bonelli.
—¿Cómo pensás que va a impactar en la Provincia ese ajuste que reclama el Fondo?
—Es más desocupación, más cierres de empresas, menos poder adquisitivo, menos laburo, menos movimiento en la calle. Indefectiblemente la situación tiende a empeorar; no hay ninguna posibilidad de que mejore. El Gobierno sigue equivocando el rumbo; lo que tiene que hacer es apostar a la producción, dar incentivos al que genera empleo, poner plata en el bolsillo del laburante, cuidar las importaciones. Y esto no es cerrar las fronteras. El Gobierno tiene que cuidar a los sectores estratégicos, ponerle límites a los capitales especulativos, a los capitales golondrina, exigirle a los exportadores que liquiden en un plazo determinado. El exportador tenía un plazo máximo de tres meses para liquidar dólares; apenas asumió Dujovne lo liberó y le puso un máximo de diez años. Eso es un disparate, es no entender ni defender la economía de un país. La economía argentina es chiquita; si el Gobierno no utiliza instrumentos de política económica para defenderse, cualquier estornudo internacional va a significar una caída o una corrida cambiaria o financiera o cualquier otro tipo de desastre económico.
—¿Qué pensás de los cambios que hizo Macri en su Gabinete?
—El Gobierno se equivoca porque sigue en sintonía electoral cuando tendría que estar en sintonía de gestión. Todo lo que hace lo hace mirando las encuestas. Creo que son cambios decorativos. Como dijo Aldo Pignanelli: es el mismo perro con diferente collar. Si el Gobierno no sale de este modelo financiero especulativo con altísimas tasas de interés para pasar a un modelo productivo en defensa de las pymes y del empleo, vamos a volver a tener las mismas crisis y será cada vez peor.
—Aranguren fue el ministro que impulsó los tarfifazos. Sin embargo, pese a su salida, Macri dijo que todavía falta un tercio de los aumentos.
—Es que no va a haber un cambio de fondo. Lo que planteaba el kirchnerismo con el tema tarifas no era sostenible porque había un atraso fenomenal. Pero la gran mayoría de los argentinos coincidía en que tenía que haber una actualización gradual, no de la manera en la que lo hizo el Gobierno. No se puede corregir en dos años un problema que se generó en doce. Tiene que hacerse progresivamente. En algunos casos hubo aumentos de 1500 por ciento en la luz y el gas. Eso es insostenible para las familias, los laburantes y las pymes. Macri dice que todavía falta un tramo grande de aumentos y la realidad es que va a tener problemas porque la sociedad argentina no puede pagar los precios que tienen hoy los servicios. Si llega a haber un tercio más de aumentos, Macri va a tener serios problemas.
—¿Qué clase de problemas?
—Va a tener problemas sociales. Hay un sector grande de la sociedad que no puede pagar los aumentos. No es un tema de color o de voluntad política. Muchas pymes y comercios tampoco pueden pagar y están cerrando sus puertas. Esto implica un deterioro del tejido social, menos plata en la calle y en el bolsillo de la gente, menos consumo. Todo eso tiende a generar un conflicto social. No lo estoy incentivando, sólo estoy haciendo un diagnóstico de hacia dónde va la Argentina si Macri sigue pensando que quienes tienen que ganar son los especuladores y los timberos y no los que laburan y producen.
"Si el Gobierno sigue con el mismo rumbo económico, no va a haber 'Vidales' que alcancen para salvarlo".
—¿Cómo la ves a Vidal?
—No la veo bien. No lo veo bien a Macri y Vidal es Macri. Es la misma Gobernadora que en diciembre del año pasado apoyó la reforma del sistema previsional que significó un robo a los jubilados. A partir de ahí, dejé de creerle. Vidal es Macri y lamentablemente defiende las políticas que le están haciendo daño a los bonaerenses. Más allá de esto, Vidal no ha resuelto ninguno de los problemas estructurales de la Provincia: ni el educativo, ni el del acceso a la salud. Uno recorre los más de 70 hospitales bonaerenses y ve que dejan bastante que desear. La Provincia sigue con altísimos índices de inseguridad. Más allá de lo que uno pueda pensar sobre las buenas intenciones de Vidal, los problemas estructurales siguen existiendo, aunque esta Gobernadora recibió muchísima más plata de Nación que la que recibieron gestiones anteriores.
—Cada vez que Macri enfrenta una crisis, Vidal sale a respaldar públicamente sus medidas. ¿Qué análisis hacés de esa estrategia del oficialismo?
—Siguen en sintonía electoral y no en sintonía de gobierno. Eso te puede ayudar dos, cinco o diez veces, pero si el Gobierno sigue con el mismo rumbo no va a haber 'Vidales' que alcancen para salvarlo. La gente se termina cansando y por eso la imagen de Vidal ha caído muchísimo.
—¿Cómo tomaron la difusión del audio de Mateo Nicholson, el funcionario que pidió inventar presupuestos para la construcción de cocinas escolares?
—Escuchar un audio de un funcionario que maneja los recursos de infraestructura de una de las áreas más importantes de la Provincia diciendo que había que inflar precios es de una gravedad sumamente importante. Pedimos que [el ministro de Educación, Gabriel] Sánchez Zinny venga a dar explicaciones y que la Gobernadora brinde alguna explicación pública, porque termina haciendo la gran Scioli: frente a los grandes problemas se esconde o le echa la culpa a Nación o a los municipios, pero no se hace cargo de los problemas de la Provincia. También pedimos que se aparte a este funcionario y que esté a disposición de la Justicia. Si existe algún hecho de corrupción, que le caigan con todo el peso de la ley.
—La Provincia se limitó a informar que hizo la denuncia, pero no dio ninguna explicación sobre lo que pasó. ¿Ustedes tuvieron alguna versión del Gobierno, aunque sea extraoficialmente?
—No tuvimos más versiones que las que circularon en los medios. Se les empieza a caer la careta. Hay un audio que no fue desmentido y el que calla otorga. Evidentemente es un audio que pertenece a ese funcionario. Vidal tendría que actuar con un poquito más de vehemencia.
—En los primeros dos años de Vidal, por el acuerdo de gobernabilidad, ustedes apoyaron a Cambiemos en votaciones importantes. ¿Cómo está la relación del Frente Renovador con el oficialismo de cara al segundo tramo del mandato?
—Hemos mantenido siempre la misma línea de responsabilidad institucional y no tenemos que corrernos de ahí, más allá de que a veces te pueda beneficiar en términos electorales. Nos hemos situado en un lugar de oposición responsable y racional. Algunas cosas las hemos acompañado, le hemos dado a la Gobernadora herramientas necesarias para la gestión, como los presupuestos; y muchísimas otras cosas no las apoyamos. Todo lo hicimos dentro de un marco de madurez política e institucional. La Argentina necesita de eso: menos combate entre los dirigentes y más debate.
"Vidal es Macri", afirmó Bonelli en diálogo con Nueva BA.
—¿Eso se vio, por ejemplo, en la votación por la reducción de impuestos municipales en las tarifas?
—Aunque no terminó saliendo nuestro proyecto, pero todos cedimos un poco. Es absolutamente insuficiente para el bolsillo de los usuarios y las pymes pero va a significar un alivio para pagar las facturas. Se dio en un marco de responsabilidad institucional, donde todas las partes cedimos un poco para encontrar el mejor proyecto para beneficiar a las pymes y a la gente.
—¿Cómo está hoy el Frente Renovador tras la derrota en las legislativas de 2017?
—Somos la tercera fuerza en la Legislatura, después del oficialismo y de Unidad Ciudadana. Por supuesto que nos gustaría tener más legisladores, pero no me parece que estemos mal. Y venimos laburando sobre los proyectos que planteamos a lo largo de la campaña: transparencia, mejora de la calidad institucional y defensa del bolsillo del laburante. Queda un largo camino por recorrer, no es tiempo de hablar de definiciones políticas. La gente tiene problemas muy grandes y hablar de definiciones políticas es faltarle el respeto.
"El límite para la reconstrucción del peronismo son aquellos que tienen prontuarios judiciales".
—Sin embargo, el peronismo debe empezar a discutir cómo hará para convencer nuevamente a los que no lo votaron.
—Lo primero que tenemos que hacer es definir qué es ser peronista en el siglo XXI. Parte de esa atomización y disolución que hemos tenido con la sociedad tiene que ver con que hemos perdido la esencia sobre qué es ser peronista. Eso significa ver qué haría un presidente peronista con la política exterior y con la económica, con la educación, la salud; qué harían un gobernador y un intendente peronista. Se trata de definir ejes centrales que tengan que ver con los problemas estructurales de la Argentina y de la Provincia. Definiendo eso, podemos empezar a reconstruir al peronismo. Ahí se sumarán quienes se sientan identificados; quienes no se sientan identificados, se irán a otros espacios o no estarán dentro de ese peronismo del siglo XXI.
De la mano de esto, tenemos que hacer una gran autocrítica, seria y profunda. Es el primer paso que tenemos que dar para enamorar al sector de la sociedad que dejó de seguirnos o de tener cierta empatía con el peronismo. Nos guste o no, el peronismo gobernó prácticamente la mayor parte del tiempo desde la vuelta de la democracia y la verdad que ni la Provincia ni el país están bien. Necesitamos hacer una autocrítica e ir hacia un proceso de modernización. Hoy Cambiemos es un partido moderno en términos de estructura y de comunicación. El peronismo está prácticamente obsoleto en ese punto. Y también tiene que haber un proceso de renovación. No es tirar a nadie por la ventana. Hay algunos dirigentes a los que respeto muchísimo, pero me parece que, como dijo la ex Presidenta [Cristina Fernández de Kirchner], hay que tener un baño de humildad y dar un paso al costado para que lleguen las nuevas generaciones.
—¿A quiénes te referís, concretamente?
—No me gusta dar nombres, pero lo podemos imaginar. A muchos de ellos los respeto muchísimo, creo que tienen que seguir estando pero desde un lugar no tan activo.
—¿Cualquiera puede sumarse a ese armado o el límite es algún espacio político en particular?
—No me parece que haya que señalar a nadie con el dedo. Todos aquellos que quieran venir a sumar de buena voluntad y que traigan aportes importantes para reconstruir al peronismo tienen que ser bienvenidos. Por supuesto que el límite son los prontuarios judiciales.
—¿Cómo lo ves a Massa de cara a lo que viene?
—Sergio está muy activo, más de lo que muchos imaginan. Está hablando con todos los sectores. Entiende que la Argentina está en una situación bastante delicada y por eso asumió una enorme responsabilidad institucional. Esto de que esté callado tiene que ver con eso; sabe que cualquier opinión que exprese puede significar un poquito más de leña al fuego. Por eso prefiere estar en silencio, hablando con todos los sectores y tratando de aportar desde un lugar no público.
—¿Qué opinión tenés de Gustavo Menéndez? Desde que asumió al frente del PJ Bonaerense se mostró abierto a incorporar a dirigentes de todos los sectores y planteó esa idea de modernización que mencionás.
—Está con ganas y con voluntad. Me parece bien que haya caras nuevas y el 'Tano' es una de ellas. Fernando Gray también es una figura joven. En ese sentido es interesante lo que le están dando al PJ en términos de renovación de figuras. Ahora falta un enorme trabajo que tiene que ver con reconstruir el peronismo desde las ideas, definir qué es ser peronista en el siglo XXI.
—¿Tenés alguna respuesta para eso?
—Ser peronista en el siglo XXI debería ser entender hacia dónde va el mundo. Y creo que el peronismo, y los argentinos en general, dejamos de hacerlo hace tiempo.
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