Organismos de derechos humanos salieron a responderle a Bullrich

Organismos de derechos humanos salieron a cruzar a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, que rechazó sus críticas al uso de pistolas Taser y los acusó de "no ponerse nunca del lado del policía asesinado ni de la víctima".

Taty Almeida, referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, dijo que los dichos de la funcionaria representan "una ofensa más a los organismos de derechos humanos" y recordó que días antes del ballotage de 2015 su jefe polícito, el presidente Mauricio Macri, se refirió a las políticas de memoria, verdad y justicia como el "curro de los derechos humanos".

“Para nosotros el principal derecho humano a proteger es el derecho a la vida, siempre. ¿Qué autoridad tiene Bullrich para hablar sobre cómo comportarse ante una muerte cuando promueve el ‘mate primero y averigüe después’? ¿Qué ha hecho ella ante las muertes de Santiago Maldonado y de todos los muertos por la policía?”, dijo Almeida en declaraciones al diario Página/12.

También desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) le respondieron a la ministra. El director de esa entidad, Gastón Chillier, opinó que las críticas de Bullrich a los organismos responden a una "estrategia de campaña" a la que calificó de "burda y peligrosa".


"Ante la imposibilidad de poder dar una buena noticia en términos económicos y sociales, sólo les queda enarbolar el discurso del orden y la mano dura", dijo Chillier a Página/12.

El referente del CELS sostuvo que los dichos de Bullrich son "deliberadamente falsos e incorrectos" y recordó que ese organismo se opuso históricamente a una regulación que obliga a los efectivos a actuar cuando están de franco y que "genera la mayor cantidad de muertes de policías".

Por su parte, tras las declaraciones de la ministra la Comisión Provincia por la Memoria (CPM) publicó un mensaje en sus redes sociales en el que advirtió: "El Gobierno anunció que comprará pistolas #Taser para usarlas en estaciones de trenes y aeropuertos, zonas de mucha circulación de gente. El Comité contra la tortura de Naciones Unidas ha sostenido que su uso constituye una forma de tortura".