Memoria, verdad y justicia

Ataque a los DD.HH. en Olavarría: Al odio se le gana con amor

Un grupo de militantes opositores, bajo el nombre de “Equipo republicano”, escrachó los pañuelos pintados en la plaza central de la Ciudad. Organizaciones por los derechos humanos y la militancia respondieron con una jornada para recuperarlos. En comunicación con NuevaBA, Carmelo Vinci calificó al hecho como "aberrante".

Por Tomás Correa


Para empezar, cabe dejar algo en claro: hay límites en la historia argentina que no deberían ser pasados por arriba, ni siquiera ponerlos en duda. La dictadura cívico-militar es uno de ellos.

En Olavarría, un grupo de militantes opositores, bajo el nombre de “Equipo republicano”, realizó pintadas arriba de los pañuelos de madres y abuelas de Plaza de Mayo que se encuentran en la plaza central de la ciudad.



Con escritos como “mafia”, “lacra” y “mugre”, el grupo criticó las políticas de derechos humanos y desestimó una lucha que viene desde hace muchísimos años y que es parte de la memoria colectiva de este país, independientemente de espacios políticos.

NuevaBA habló con Carmelo Vinci, quien estuvo detenido en Monte Pelloni, y hoy integra la Comisión por la Memoria de Olavarría. “Recibimos con mucha sorpresa y con un sentimiento de tristeza la vandalización de los pañuelos, como así también la señalización de campo de mayo. Vemos que no se condice con una actitud democrática y más cuando es asumida y adjudicada por grupos que tienen identidad política”, explicó sobre los ataques.



Al entrar al Instagram del grupo que vandalizó los pañuelos, se puede encontrar con más pintadas y con un mensaje clave “#NoVotemoK”. En las publicaciones, también hay una convocatoria para una reunión con Diego Santilli, Horacio Rodríguez Larreta y Ezequiel Galli, el intendente local.

La pintada muestra que están buscando algún tipo de reacción, porque genera violencia cuando a alguien le lesionan los símbolos. Enterandome que no ha sido solo en Olavarría pienso que debe haber sido buscando una reacción, que no la tenemos que tener” reflexionó Vinci sobre lo ocurrido, entendiendo en clave política que hay una búsqueda por detrás de las acciones de este grupo.



La historia se viralizó rápidamente cosechando repudios, pero también mensajes de aliento para el grupo pro-dictadura. Uno de ellos fue el de Adolfo Laborde, un candidato a diputado nacional por la lista de José Luis Espert. Sobre ello, el integrante de la Comisión por la Memoria señaló: “He visto de Olavarría que un candidato a diputado dijo que los pañuelos son símbolos del terrorismo, y es incomprensible. Las madres y abuelas han demostrado a lo largo de los años que siempre fueron por el lado de la justicia y no por la venganza personal.

Pero, dentro del arco político fueron muchos más, afortunadamente, los repudios al acto. Uno de ellos fue el del intendente Galli, quien expresó que hay simbolismos que son parte de nuestra historia" y que "la historia se respeta. Agregó: “Mi absoluto repudio a este ataque cobarde e innecesario”.



Por el lado del gobierno provincial, la subsecretaría de Derechos Humanos expresó su repudio a “los hechos vandálicos cometidos días atrás sobre los pañuelos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo” y agregó este proceder deleznable y negacionista, dista mucho del basamento democrático instaurado en la sociedad desde el retorno de la democracia y guarda estrecha relación con la ideología que dio sustento al terrorismo de Estado.

El comunicado concluyó diciendo que el actodebe interpretarse como un hecho de violencia ideológica, psicológica y simbólica ejercida no solo contra las víctimas del terrorismo de Estado y sus familiares, sino contra la comunidad en su conjunto.


NO PODRÁN DETENER LA PRIMAVERA

Ante tanto odio injustificado, las organizaciones de derecho humano hicieron eco de las palabras que alguna vez supo decir Pablo Neruda: Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera.



Nuevamente, desde el amor, decenas de militantes de agrupaciones sociales y políticas se juntaron en la plaza central de Olavarría y pintaron nuevamente los pañuelos. Con la juventud a la cabeza, con la historia a cuestas, al pie de la memoria colectiva.

Para Vinci el hecho de la organización espontánea tuvo más que la reparación del daño físico, tuvo también la reparación del daño moral que provoca, que es mucho más importante que el físico.



“Las madres y las abuelas son un destinatario equívoco que han tenido, porque las relacionan con alguna identidad política, cuando ellas han luchado a lo largo de su historia - como cuando eran embestidas por la montada - siempre con valentía, nunca queriendo hacer justicia por mano propia. Me parece que es una agresión que no tiene calificativo, pero que la que más se acerca sería aberrante concluyó el olavarriense.



Tal como empezó esta columna, sirve para recordar al final: No pasarán contra la memoria.


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