En repudio al intento de magnicidio

Misa en Lujan: convocatoria por "la paz y la fraternidad de los argentinos” con asistencia presidencial

Funcionarios nacionales y provinciales acuden a una misa por la pacificación en la basílica de esa localidad, que se enmarca en la Carta a los Obispos. Hubo llamados a referentes de la oposición, pero ninguno confirmó asistencia. Estarán Alberto Fernández y Axel Kicillof.

Por Juan Vera Visotsky



La basílica de Luján será sede de una misa por la paz organizada por los obispos de la ciudad. El gran anfitrión del evento es el intendente peronista Leonardo Boto. Hubo invitación extensiva a la oposición, pero aún ninguno de la fuerza opositora confirmó presencia.
 
La convocatoria, en un principio pensaba para repudiar el atentado contra la vicepresidenta de la Nación el jueves pasado, busca ser un mensaje de pacificación en un contexto en el que los discursos de odio afloraron hasta el punto de que una persona buscó quitarle la vida a una dirigenta política de la coalición gobernante.
 
A las 13 se realizará en el santuario de esa localidad bonaerense la “Misa por la Paz y la Fraternidad de los Argentinos”, a la que están convocados gobernadores, intendentes, dirigentes políticos, gremiales, empresariales y de movimientos sociales. El presidente de la Nación, Alberto Fernández confirmó su presencia ayer, así como el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.
 
Durante esta semana el ministro del Interior de la Nación y hombre de confianza de la vicepresidenta, Eduardo “Wado” De Pedro tendió puentes con varios referentes de la oposición a una mesa “para reencausar la convivencia democrática”. Algunos radicales como Gerardo Morales y Facundo Manes admitieron haber recibido un llamado, aunque expresaron que deberían “hacerse por los canales institucionales”. Otros dirigentes de Juntos por el Cambio negaron cualquier tipo de contacto y por el contrario cuestionaron al ministro por sus críticas a los discursos de odio.
 

 
Así las cosas todo indica que la pacificación y la convocatoria a una “convivencia democrática que deje el odio afuera”, como solicitó el oficialismo luego del atentado está lejos de concretarse. Si bien desde el radicalismo se muestran algo más abiertos al diálogo que en el PRO, lo cierto es que en la oposición hoy prima las posturas más extremas. El caso de referentes como Patricia Bullrich que no repudiaron el atentado es un síntoma de esta radicalización.



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