Ricardo Alfonsín se fue oficialmente de la UCR y arma el progresismo bonaerense

Lanzó, en un acto, una fuerza que tiene a Forja y Libres del Sur. Anunció su desafiliación a la UCR: “me ha costado tiempo y dolor, pero corresponde con mis convicciones”. El desafío, torcer el desequilibrio parlamentario con “LLA y la oposición amigable”.



En un acto de unión de fuerzas pero con una sorpresiva decisión, Ricardo Alfonsín pegó oficialmente el portazo de la UCR –en una histórica determinación por el peso de su apellido- y convocó a construir un frente progresista con los espacios Forja y Libres del Sur.
 
Fue en un acto que reunió a los tres referentes de los espacios políticos: Alfonsín, Gustavo López y Silvia Saravia. Los dirigentes llamaron a unir y fortalecer al progresismo bonaerense “contra las políticas de ajuste y deshumanizantes de Javier Milei”. Se plantaron fuerte y buscan “torcer el desequilibrio parlamentario” que actualmente tiene La Libertad Avanza y “la oposición amigable” en clara referencia no sólo al Pro, sino también a un sector del radicalismo.
 
“Creemos firmemente en la importancia de alcanzar la justicia social como base para garantizar el bienestar y la igualdad de oportunidades para todos”, sostuvieron a lo largo del acto. No hubo referencias a dirigentes en particular por fuera del armado, pero los guiños al peronismo fueron evidentes. ¿Un nombre? El gobernador Axel Kicillof, logró saber NuevaBA.
 
Gustavo López fue el primer orador y señaló que “Forja nació, históricamente, para mantener el legado del campo nacional y democrático frente a las políticas de entrega. La contradicción fundamental siempre fue entre dos modelos de Argentina: Patria o Colonia, Democracia o Dictadura, desarrollo con inclusión o pobreza y desocupación. Cuando se pierde el norte, la brújula en la política son los principios, por eso llamamos a unir al progresismo desde los Principios, defendiendo la República, la democracia, la libertad con equidad y justicia social frente a un modelo brutal de exclusión y antidemocrático”.
 
De hecho, Silvia Saravia (Libres del Sur) señaló que habrá que hacer “todos los esfuerzos” para “convocar a quienes, desde distintas identidades tenemos el convencimiento de que hay que frenar este proceso de desigualdad, autoritarismo y frustración que intenta consolidar Milei. Y construir definitivamente un espacio dispuesto a poner de pie un modelo de país soberano en toda su dimensión".
 
La gran sorpresa del acto fue en el momento de expresarse de Ricardo Alfonsín, que cerró el acto con la confirmación de su desafiliación de la UCR.
Más allá de las evidentes diferencias que tenía el hijo del gran símbolo boina blanca, la salida de un Alfonsín del radicalismo es un mensaje fuerte que intentó dar: “tomar esta decisión que me ha costado tiempo y dolor” reflexionó “pero se corresponde con mis convicciones acerca de lo que es más consecuente con los valores e ideas que, como ciudadano y político, siempre me han acompañado”.
 
De hecho, Ricardo Alfonsín tiene el mote de haber sido “el último candidato a presidente del partido” del que se aleja recordó que “en la campaña electoral decíamos que las recetas económicas y sociales de LLA no solo no resolverían los problemas de los argentinos, sino que los agravarían. La historia lo demuestra. No hay un solo país en el mundo que haya progresado socialmente con estas políticas. Al contrario”.
 
En una clara postura anti Milei y con cercanía a las políticas del peronismo –aunque insistimos, sin referencias explícitas aunque evidentes en cercanía a Kicillof- Alfonsín vaticinó que “en la segunda parte del mandato, irán más a fondo: intentará derogar las leyes e instituciones que le atribuyen al Estado la responsabilidad de promover sociedades justas. Pero para el presidente esta atribución es una aberración”.
 
“El parlamento es el terreno donde podemos darle pelea. Hoy, entre LLA y la oposición amigable, la derecha tiene mayoría. Hay que modificar la actual correlación de fuerzas en el Parlamento. Ese es el desafío” cerró, en un nuevo armado bonaerense pensando el 2025, que parece cada vez más complejo.



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