OBRA PÚBLICA

Avanza el Plan Integral Hídrico en Bahía Blanca y Coronel Rosales

La Provincia encara un proyecto de 21 obras públicas para solucionar una problemática histórica de agua en la región. Muchas de ellas habían sido frenadas por el Gobierno nacional.


Tras hacerse eco de la demanda en Bahía Blanca y Coronel Rosales, la provincia de Buenos Aires encabeza un Plan Integral Hídrico para consolidar y dotar el servicio de agua potable de la red pública en un 95 por ciento a la población de la región. De esta manera, muchos vecinos y vecinas contarán con este beneficio por primera vez y, a su vez, los más de 400 mil habitantes de ambas localidades tendrán subsanado a futuro la falta de agua potables durante los meses de verano y de sequía. 
 
“El proyecto tiene dos aristas importantes. La primera, es que se ha valorado lo que la comunidad de Bahía Blanca necesita. La segunda, es que se ha tenido en cuenta la opinión y la experiencia de profesionales locales, gente de la ciencia, gente de las universidades locales que han opinado con respecto a cuáles eran los principales problemas a resolver para mejorar la calidad del servicio de agua”, sostuvo Gustavo Trankels, secretario de Obras y Servicios Públicos de Bahía Blanca, en diálogo con Buenos Aires 12.
 
En este marco, el proyecto abarca un total de 21 obras, muchas de las cuales fueron reactivadas de manera progresiva a lo largo de este año tras la paralización y el recorte de fondos por parte de la gestión de Javier Milei. En simultáneo, la empresa Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA) avanza con otros 17 proyectos hídricos que complementarán a este plan integral.
 
La infraestructura de la red hídrica local, que en sus inicios satisfacía las necesidades de una ciudad emergente, fue quedándose en el tiempo con el crecimiento exponencial de la población. A través de la información brindada por el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense, en Bahía Blanca actualmente viven más de 336 mil personas, mientras que en Coronel Rosales lo hacen cerca de 67 mil. A partir del plan hídrico se espera consolidar el 95 por ciento de cobertura de hogares con agua de red pública. Las obras comprenden desde nuevas construcciones hasta reacondicionamientos que eran necesarios para la población con una inversión que supera los 67 mil millones de pesos.
 
El proyecto es supervisado por la Dirección Provincial de Agua y Cloacas (DIPAC), dependiente de la Subsecretaría de Recursos Hídricos. Las intervenciones reciben financiamiento mixto, tanto del Tesoro Provincial como del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), a través del préstamo 11189 que fue firmado en marzo de 2020. Esta línea de crédito fue recuperada por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, luego de que fuera interrumpida porque no se había ejecutado durante la gestión 2015-2019 que encabezó María Eugenia Vidal.
 
La renovación de este financiamiento contó en un primer momento con la recuperación de un préstamo para realizar obras hidráulicas en La Plata, Berisso y Ensenada, y un segundo tramo de intervenciones destinadas a ampliar y optimizar la distribución de agua en Bahía Blanca y Coronel Rosales, que integran este mega plan.
 
Trankels explicó cuáles fueron los factores que han conducido a la problemática que buscará subsanar el plan hídrico integral. “A nivel histórico, el inconveniente es que Bahía Blanca fue creciendo por ser una ciudad importante en toda la región y para el sur argentino, y la incorporación de su servicio de agua potable data de principios de 1920”, señaló Trankels. Para atender las necesidades de una población en expansión, en la década del 70 se construyó el dique Paso de las Piedras y su correspondiente acueducto, que hasta la fecha sigue siendo la principal fuente de agua potable para la ciudad. Sin embargo, la posterior falta de mantenimiento del sistema para tenerlo en condiciones óptimas, sumado al crecimiento poblacional, produjo problemas significativos de distribución, con pérdidas frecuentes en los acueductos y bajas de presión.
 
Trankels añadió que “se conjugaba la falta de inversión de varias décadas más el crecimiento exponencial que fue teniendo la ciudad superando los 340 mil habitantes, contando a Punta Alta estamos arriba de los 400 mil habitantes, y eso hizo que el servicio de agua potable sea cada vez más deficiente”. Las consecuencias de esta situación incluyen una escasez de agua en amplias zonas de la ciudad que se profundiza durante los meses del verano y el deterioro de la infraestructura urbana, con veredas y pavimentos que sufren daños constantes debido a las filtraciones de agua.
 
A su vez, la problemática del acceso al agua potable en Bahía Blanca y Coronel Rosales se vio agravada por fluctuaciones en el caudal del río Sauce Grande, fuente principal de agua, especialmente en temporadas de sequía. El dique Paso de las Piedras, que almacena agua proveniente de este río, en el último tiempo experimentó variaciones significativas en sus niveles, lo que derivó en restricciones en la cantidad de agua disponible para las plantas potabilizadoras de Patagonia y Grünbein.
 

Frente a esta situación, el Plan Hídrico en Bahía Blanca tiene como objetivo mejorar de manera sustancial la infraestructura hídrica de la región y que las temporadas de sequía no afecten mayormente a la distribución del suministro para los vecinos y vecinas. 
 
Trankels explicó que el plan aborda el problema de manera integral de punta a punta. “Se está trabajando en la fuente de provisión principal que es el dique Paso de las Piedras, en el acueducto que transporta el agua hacia la ciudad, en el tratamiento del agua para transformarla en potable y después en las redes de distribución”, detalló.
 
La iniciativa también contempla la renovación de 85 kilómetros de cañerías obsoletas, que actualmente presentan problemas tanto de pérdidas de agua como de acumulación de sarro, lo que reduce el flujo de agua y disminuye la presión. El secretario de Obras y Servicios Públicos aseguró que “al cambiarlos por cañerías nuevas se eliminan las pérdidas de agua, se mejora la sección del caño, aumenta la presión y eso hace a un mejor servicio de agua potable en un vasto sector de la ciudad donde los problemas eran recurrentes”. “Si a esto lo logramos mantener a lo largo del tiempo vamos a ir viendo cómo todo el sistema de agua va recuperando la eficiencia y la calidad”, completó.
 
Además de construir nuevas plantas potabilizadoras y renovar los acueductos, “se busca asegurar la disponibilidad de agua potable a largo plazo y atender las demandas crecientes de la población”, añadieron desde el Ministerio de Obras y Servicios Públicos bonaerense. “El Gobierno provincial está reparando una deuda histórica con las y los bahienses. Estas son obras que pusimos en marcha para ir aliviando y resolviendo un problema estructural después de más de 30 años”, sostuvo el ministro Gabriel Katopodis, en una de sus últimas recorridas por las obras.
 

 
 



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