El 2024 en la Provincia

El radicalismo aspira a un 2025 competitivo y en búsqueda de reforzar su sello

El Foro de Intendentes UCR se consolidó en varias peleas. La legislatura, entre las divisiones, los pases y los cambios. El escándalo de las elecciones internas, que tuvo a Miguel Fernández –judicialización mediante- como ganador.



Desde superar el paso por Juntos por el Cambio, a tratar de reforzar su identidad y hasta animarse a pensar un 2025 con independencia. ¿El regreso de la Lista 3? El radicalismo bonaerense tuvo un año más que movido con idas y vueltas y la expectativa de qué puede pasar el año próximo, entre un Pro que se acerca a La Libertad Avanza, un peronismo que no se logra poner de acuerdo y un radicalismo que, junto a algunas fuerzas, puede tener protagonismo.
 
El año comenzó convulsionado, como todo el arco político: si bien la Provincia continuaba en manos de Axel Kicillof, los cambios en la Nación generaron un cimbronazo y un barajar y dar de nuevo en todos los espacios.
 
El Foro de Intendentes UCR, ahora a cargo de Maximiliano Suescun (Rauch), tuvo varias reuniones que empezaron a marcar el año de gestión. No fue casual, de hecho, que los primeros reclamos fueran producto del impacto de las políticas libertarias de Javier Milei, por ejemplo, la considerable suba en el precio de los medicamentos y en algunos casos dramática suba de la atención en los hospitales públicos, ya que muchos o perdían el trabajo o dejaban de pagar las prepagas.
 

Lo concreto es que uno de los valores más importantes de los jefes comunales boina blanca fue la unidad: a pesar de una interna que se volvió compleja cuando todos los caminos parecían conducir a una lista única, el Foro trabajó de forma mancomunada durante todo el año.


 
Incluso, trabajaron por la unidad, pidieron que Miguel Fernández encabece en la Provincia una lista única y, en ese marco de unidad, lograron reunirse con el gobernador Kicillof y varios ministros con una agenda de reclamos y pedidos que, en su gran mayoría, fueron cumplidos. De hecho, cerraron el año en buenos términos más allá de las visibles y explícitas diferencias partidarias.
 
Pero no todo fue trabajo en unidad. De hecho, fue una de las situaciones que marcó al radicalismo no sólo por esos meses, también de cara al futuro. Mientras se hacía un trabajo silencioso por lograr la unidad e incluso reflejarla en un acuerdo para la renovación de autoridades del Comité Provincia, el espacio Evolución de Martín Lousteau junto al de Facundo Manes decidieron ir a internas con el diputado Pablo Domenichini contra el ex intendente Miguel Fernández.


 
Parecía inevitable que Fernández llegue al comité Provincia. No sólo porque estaba referenciado en el senador nacional Maximiliano Abad (ex presidente del comité y hombre fuerte a nivel bonaerense) sino porque las manifestaciones en apoyo crecían, como la del Foro de Intendentes UCR. De hecho, hasta diciembre de 2023 Miguel Fernández encabezó el espacio de los jefes comunales cuando dejó el cargo.


 
Pero no. Finalmente hubo internas, se profundizaron las diferencias en la legislatura (hay dos bloques de legisladores radicales en diputados por ejemplo, UCR+Cambio Federal y Acuerdo Cívico – UCR + GEN) e incluso hubo algún pase en medio de la presentación de listas, como la del propio Domenichini, que terminó en Acuerdo Cívico – UCR + GEN luego de romper con el bloque oficialista de la Cámara de Diputados.




 
Las elecciones del radicalismo fueron un verdadero quiebre en el camino de la identidad UCR: lo que parecía una jornada tranquila derivó en impugnaciones de distritos, denuncias de fraude y los dos candidatos adjudicándose la victoria. La Junta Electoral Partidaria consagró a Miguel Fernández como ganador, pero la oposición decidió denunciar esta iniciativa por irregularidades y por ser parciales dado que respondería a Maximiliano Abad.
 
Justamente por la magnitud de la denuncia, fue el Juez Federal con competencia electoral, Alejo Ramos Padilla, quien debió decidir el destino del partido en la Provincia, en una elección que además de ser muy costosa (en tiempo de motosierras) no tenía un final con certezas: las irregularidades en al menos cinco distritos (con énfasis en Quilmes) con falta de firmas de autoridades de mesa, falta de documentación y otras denuncias hacían pensar en un final abierto. Desde el espacio de Domenichini sostenían que en Quilmes estaba el caudal de votos que le daba la victoria. Desde el de Miguel Fernández, que aún impugnando todo el distrito tenían la diferencia para ganar.
 
En su fallo en noviembre (un mes después de los comicios), el juez Ramos Padilla ordenó repetir las elecciones únicamente en el distrito de Ezeiza, donde se verificaron “graves irregularidades que llevaron a la nulidad de la totalidad de las mesas”. No obstante, no adoptó la misma medida para Quilmes y La Matanza, dos distritos donde Evolución podría haber alcanzado la ventaja necesaria para modificar el resultado final en favor de sus listas. ¿Conclusión? Miguel Fernández era el nuevo Presidente del comité UCR.
 
Luego de ese temblor, hubo una tensa calma. Algunas discusiones, cenas de militancia con debates sobre lo sucedido, y un hecho que marca un nuevo comienzo de cara a lo que viene. La unidad del Foro de Intendentes (20 de los 27 jefes comunales acompañaron al flamante titular del comité Provincia) se reunieron con Miguel Fernández y algunos legisladores para pensar el camino al futuro. Y trabajar, tal como se comprometieron las partes en el encuentro y según informó NuevaBA, en lograr la unidad en el radicalismo. ¿Cuál es el gesto más importante? El de unir las bancadas en diputados y tener un solo bloque.
 
¿Por qué es importante la unión de los legisladores en Diputados? Porque de ser así, tendrían 15 legisladores, transformándose en la primera minoría, por encima del Pro y La Libertad Avanza.
 
Ahora, con las negociaciones por el Presupuesto, la Ley Impositiva y el endeudamiento, el radicalismo intenta hacerse valer y que la Provincia escuche sus demandas. Pero en lo político, se avizora un 2025 difícil en la gestión, y con el desafío de generar un espacio competitivo para ir a las elecciones encabezando un proyecto y ya no –pareciera- con el Pro.



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